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Keen craft and care: Women’s show celebrated at NoMAA

Story and photos by Sherry Mazzocchi. Reprinted with permission from The Manhattan Times.

Women in the Heights 2014

Stained glass made of paper.

Match sticks with personality.

A man clutching his careworn face.

The work on display at the Northern Manhattan Art Alliance’s (NoMAA) current show is vast in both scope and originality.

“Women in the Heights – Reflections on Creating” is the fifth annual show devoted solely to female artists.

It is arguably NoMAA’s most ambitious offering to date. The show features the work of 25 female artists from a larger swath of Northern Manhattan. In addition to Washington Heights and Inwood artists, submissions were opened up to include women from Harlem and East Harlem.

“This has become a very popular show and people want to participate,” explained Sandra García-Betancourt, NoMAA’s Executive Director. “These artists are in tune with what’s going on outside the gallery and throughout the world.”

“Requiem” by Michelle Melo. (Photo: Sherry Mazzocchi.)
“Requiem” by Michelle Melo. (Photo: Sherry Mazzocchi.)

At the official opening this past Wed., Mar. 5th, dozens crammed into NoMAA’s gallery, inspecting the work.

One standout work by Inwood-based artist Katrin Roos is a series of small intricate drawings that also feature a pair of costumed matchsticks with painted faces. They are participants in the theatrical settings.

Roos’ inspiration came from hand puppets that artist Paul Klee made for his son. Her work plays with ideas of how size and different kinds of materials are valued. Art is often big and precious, she said, “but a little thing off of your clothing could have value if I put it in a piece of art to give it meaning.”

The main exhibit space is dominated by several large pieces; including Ashli Sisk’s Mister Baby. The rhinoceros painting is so large it can’t be contained within a normal frame. Sisk built a custom frame for it—an illusion to the challenges of humans encroaching on the habitats of wild creatures.

The triptych of paper stained glass, Open Windows, by artist Samantha Holmes, is an intricate play of light, transparency and devotion.

“It represents devotion, both in religious terms, but also an artist devoting time to her craft,” said Andrea Arroyo, the show’s curator.

Another show-stopping work by Sandra Vergara hangs in the main gallery. The untitled work is a close-up of a deeply lined man’s face held in his hand. The mottled skin, grimy nails and bloodshot eyes are a careful, stunning depiction of the darker side of the human psyche.

“Rice Dream Bowls” by Risa Hirsch Ehrlich. (Photo: Sherry Mazzocchi.)
“Rice Dream Bowls” by Risa Hirsch Ehrlich. (Photo: Sherry Mazzocchi.)

The finely executed Rice Dream Bowls series by Risa Hirsch Ehrlich was inspired a friend who didn’t eat dairy products.

A found object sculpture by Renata Stein tells a story of place, belonging and identity. The stand adorned with a gold aleph has sprouted branches at the top while pomegranates and dirt are stowed in shelves below.

Arroyo said that shows devoted to female artists are still necessary. “Women aren’t represented in museums and galleries—and society at large,” she said. “We have an income gap for women in the United States, so that tells you how the world needs to invest in and support women.”

NoMAA has sought to do its part. The organization has been providing space and community for uptown artists for the past half-dozen years. Its influence has grown, encompassing artists from larger parts of Manhattan. It is forming alliances with other cultural organizations and has even inspired the birth of places like Word Up.

“Most of those people met each other here,” said García-Betancourt.

Part of NoMAA’s mission is supporting and creating community of artist who work together. “We still have a ways to go. But this community really appreciates the artists,” she said.

Now uptown residents can find art in even the most unexpected places—beauty salons, bars and drugstores.

“It’s becoming part of our lives. That’s the beauty of this,” García-Betancourt said. “Hopefully we’ll get to the point where we can’t live without it.”Artículo y fotos por Sherry Mazzocchi. Reproducido con el permiso de The Manhattan Times.

Mujeres del Alto Manhattan 2014

Vitral hecho de papel.

Palillos con personalidad.

Un hombre sosteniendo su rostro agobiado.

La obra en la exhibición actual de la Alianza de las Artes del Norte de Manhattan (NoMAA por sus siglas en inglés) es vasta en su alcance y originalidad.

“Mujeres del Alto Manhattan – Meditaciones sobre la creación” es la quinta exposición anual de NoMAA dedicada exclusivamente a mujeres artistas.

Podría decirse que es la más ambiciosa oferta de NoMAA hasta la fecha. La muestra presenta el trabajo de 25 mujeres artistas de una franja más grande del Norte de Manhattan. Además de artistas de Washington Heights e Inwood, las inscripciones se abrieron para incluir a mujeres de Harlem y el Este de Harlem.

“Esto se ha convertido en un espectáculo muy popular y la gente quiere participar”, explicó Sandra García-Betancourt, directora ejecutiva de NoMAA. “Estas artistas están en sintonía con lo que está pasando fuera de la galería y en todo el mundo”.

“Requiem” por Michelle Melo. (Foto: Sherry Mazzocchi.)
“Requiem” por Michelle Melo. (Foto: Sherry Mazzocchi.)

En la apertura oficial, el pasado miércoles 5 de marzo, decenas aparecieron en la galería de NoMAA, para inspeccionar la obra.

Una obra destacada de la artista con sede en Inwood, Katrin Roos, es una serie de pequeños dibujos intrincados que también cuentan con un par de cerillas disfrazadas con las caras pintadas. Son los participantes en una puesta de teatro.

La inspiración de Roos vino de títeres que el artista Paul Klee hizo para su hijo. Su trabajo juega con ideas de cómo se valoran el tamaño y los diferentes tipos de materiales. El arte es a menudo grande y precioso, dijo, “pero una pequeña cosa de su ropa puede tener valor si lo pongo en una pieza de arte para darle un significado”.

El espacio principal de exhibición está dominado por varias piezas grandes; incluyendo Mister Baby de Ashli Sisk. La pintura del rinoceronte es tan grande que no cabe en un marco normal. Sisk construyó un marco personalizado, una ilusión de los desafíos de los seres humanos que invaden los hábitats de animales salvajes.

El tríptico del vitral de papel, Open Windows, de la artista Samantha Holmes, es un intrincado juego de luz, transparencia y devoción.

“Representa la devoción, tanto en términos religiosos, como también de un artista que dedica tiempo a su arte”, dijo Andrea Arroyo, curadora de la muestra.

Otra obra brillante fue la de Sandra Vergara, que cuelga en la galería principal. La obra sin título es un primer plano de la cara de un hombre profundamente alineado, sosteniéndola con su mano. La piel manchada, las uñas sucias y los ojos enrojecidos son una cuidadosa e impresionante representación del lado más oscuro de la psique humana.

“Rice Dream Bowls” por Risa Hirsch Ehrlich. (Foto: Sherry Mazzocchi.)
“Rice Dream Bowls” por Risa Hirsch Ehrlich. (Foto: Sherry Mazzocchi.)

La obra finamente ejecutada, Rice Dream Bowls, una serie de Risa Hirsch Ehrlich fue inspirada por un amigo que no come productos lácteos.

A found object sculpture de Renata Stein cuenta una historia del lugar, la pertenencia y la identidad. El puesto está adornado con un aleph dorado al que le brotan ramas en la parte superior, mientras que las granadas y la suciedad se guardan en los estantes de abajo.

Arroyo dijo que las muestras dedicadas a mujeres artistas siguen siendo necesarias. “Las mujeres no están representadas en los museos ni las galerías, ni la sociedad en general”, dijo. “Tenemos una brecha de ingresos de las mujeres en los Estados Unidos, eso te dice lo mucho que el mundo necesita invertir y apoyar a las mujeres”.

NoMAA ha tratado de hacer su parte. La organización ha venido prestando el espacio y la comunidad para artistas del norte del condado durante la última media docena de años. Su influencia ha crecido, abarcando artistas de las partes más grandes de Manhattan. Está formando alianzas con otras organizaciones culturales e incluso ha inspirado el nacimiento de lugares como Word Up.

“La mayoría de esas personas se conocieron aquí”, dijo García-Betancourt.

Parte de la misión de NoMAA es apoyar y crear una comunidad de artistas que trabajen juntos. “Todavía tenemos mucho camino por recorrer. Pero esta comunidad realmente valora a los artistas”, dijo.

Ahora los residentes del norte del condado pueden encontrar arte, incluso en los lugares más inesperados, salones de belleza, bares y farmacias.

“Se está convirtiendo en parte de nuestra vida. Esa es la belleza de esto”, dijo García-Betancourt. “Con suerte llegaremos a un punto en que no podamos vivir sin ella”.